lunes, 28 de abril de 2014

La Emperatriz del Reino Amarillo en el 3 Festival Tequisquiapan 2014

Con dos grandiosas artistas: la escritora Rebeca Orozo y la narradora Maru Moyers
La reconocida narradora mexicana María Eugenia Moyers acudió al 3er Festival Literario Infantil de Tequisquiapan 2014 con una sorpresa: El cuento publicado en Colombia "La Emperatriz del Reino Amarillo", convertida en viva voz, en palabra viva, en una tarde que nos envolvió en magia y en lluvia y en la que Maru entregó todo su ser a esta fantasía medieval que propone a una emperatriz diferente, que une al Oriente con el Occidente y que vuelve de revés la estructura piramidal del Sacro Imperio Romano Germánico: sólo merece gobernar a los demás quien es capaz de servirlos con todo su corazón.
Como con todo su corazón María Eugenia Moyers nos envolvió en la riqueza de su voz y en la generosidad que la caracteriza, regalando al término de su narración dulces a todos los niños presentes, que se llevaron sin duda un excelente sabor de este acercamiento a "La Emperatriz del Reino Amarillo"


lunes, 21 de enero de 2013

En el blog de Pizca de papel



Carmen Etreros y Anabel Sáiz Ripoll han abierto las puertas del blog de Pizca de papel, a la Emperatriz del Reino Amarillo, que en la portada del día de hoy quedó en la inmejorable compañía de los Amigos de papel.

La emperatriz del Reino Amarillo

jueves, 17 de enero de 2013

La emperatriz del Reino Amarillo, reseña de Anabel Sáiz Ripoll

Fuente: Voces de las dos orillas

Anabel Sáiz Ripoll


La emperatriz del Reino Amarillo,
María García Esperón,
Libros & Libros, Bogotá, 2013.

"Pensamos que la edad se alarga hasta el infinito e, incluso, puede encogerse, como la magia..."


La emperatriz del Reino Amarillo es, como la define su autora María García Esperón, una “fantasía medieval”. El relato, destinado a los lectores desde 10 años, está escrito con gracia y frescura. Se divide en 12 capítulos que, de alguna manera, simbolizan un año, una historia completa con principio y final, aunque, en el relato el tiempo sea impreciso y amplio.

Destacan distintos registros que aportan dinamismo al texto y hacen que sean varias las posibilidades lectoras y muchos los lectores. Por un lado, se nota una fina ironía en las descripciones de algunos personajes, en las pretensiones de unos, en los logros de otros. Por otra parte, hay momentos de una belleza estilística indudable, momentos en que la poesía se abre paso entre la prosa y hace que el relato se remanse y todos creamos escuchar las voces de los tiempos. También, hay algunas reivindicaciones acerca de las desigualdades sociales y un intento de lograr una sociedad utópica, igualitaria. Por último, sin duda, destaca el tono mágico que envuelve el relato. La emperatriz del Reino Amarillo, por así decirlo, es un cuento de hadas actual, en donde las hadas sí hacen su papel, pero también adoptan otras posiciones; en donde las princesas han de demostrar que lo son; en donde no siempre el que más tiene es el mejor ni siquiera resulta ser el príncipe adecuado y, por supuesto, donde las apariencias engañan.

Alicia es una condesa que tuvo una infancia distinta: trabajaba como cualquiera de sus posibles sirvientas. Su padre, el conde Aceituna siempre estaba de mal humor, aunque también se mostraba melancólico. Su madre, la condesa Antaña, vivía muy ocupada en tareas mundanas. Alicia era muy feliz porque siempre había vivido así. Un viejo sabio fue el que trajo el futuro de la niña cuando nació y el que estableció que debía aprender a no ser servida sino a servir. Y es que Alicia estaba predestinada a ser, como dice el título, la emperatriz del Reino Amarillo. Dicen que el azar está trazado ya en la vida y que no existen las casualidades. Eso demuestra la escritora cuando hace que la acción se traslade de espacio y abandone el condado europeo -¿Asturias?- para llegar a las tierras de la lejana China, en donde Alicia será, al fin, emperatriz, aunque aún le queden muchas peripecias por vivir.

Hay un personaje singular en el relato. Nos referimos al hada Farina, enamorada secretamente del conde Aceituna, y deseosa de lograrle la felicidad que, sin duda, tiene al alcance de la mano, pero que no ve. No es capaz de ver. Frente a un personaje tan mágico como Farina, aparece otro real, histórico, el emperador Federico, quien tiene un papel decisivo en la historia.

La narradora, por otra parte, aparece continuamente en el relato para afirmar, juzgar, justificar y contemplar, a veces divertida, otras respetuosa y algunas, en fin, burlona, el devenir de unos personajes que van fraguando una historia hermosa, como si fuere uno más de los tapices que adornan el hogar de los condes.

Los símbolos son también importantes en el cuento: el traje medieval, el hechizo para lograr la felicidad, el baúl de cortezas, la escritura del hada… No se olvida el paso del tiempo, el presente, el pasado y, sobre todo, el futuro, así como el amor, la memoria y la melancolía.

A menudo, nos parece dar a entender María García Esperón, pasamos por encima de lo realmente importante y nos apesadumbramos por aquello que no tenemos, cuando, y lo demuestra Alicia en su sencillez, lo básico es ser y no tener. Como bien leemos en un momento del relato: “Salas enteras de la casa de su padre estaban llenas de objetos ociosos que habían proporcionado minutos y horas de ese placer efímero que es el de poseer, para luego pasar a ocupar una zona oscura en la memoria de la compradora, entelarañarse y volverse inservibles”. Sin duda, la vida de Alicia y su recompensa final, hacen que el cuento tenga de verdad un final de cuento de hadas, pero bien merecido.

El relato está ilustrado por Michelle López Deksnys que, en blanco y negro, da vida a estos personajes y a la magia que los envuelve. Decíamos al principio que La emperatriz del Reino Amarillo es una lectura destinada a niños y niñas desde 10 años. Pensamos que la edad se alarga hasta el infinito e, incluso, puede encogerse, como la magia. Y es que nadie se resiste al conjuro: “Hace muchos, muchos años...”.


jueves, 22 de noviembre de 2012

La emperatriz del Reino Amarillo












jueves, 5 de julio de 2012

La emperatriz del Reino Amarillo y su ilustradora colombiana : Michelle López Deksnys



La ilustradora colombiana Michelle López Deksnys ha tenido el hermoso detalle de enviarme tres ilustraciones originales para "La emperatriz del Reino Amarillo", una fantasía medieval para niños que será publicada próximamente por Editorial Libros y Libros, Hillman Publicaciones.



Desde que tuve oportunidad de conocer el trabajo de Michelle quedé encantada con su visión de esta historia en la que el futuro no deja de entremeterse con el presente para buscar sus raíces en el pasado. Los personajes ya irán ensayando sus primeros pasos a través de las páginas en la realidad gracias a los cada vez más numerosos lectores de las colecciones de Libros y Libros. Por lo pronto, Michelle ha dado un rostro y una dignidad imperial a uno de los personajes históricos de la obra, el emperador Federico de Hohenstauffen, que llevado por los hilos de los destinos se aparecerá en el condado Aceituna, sitio donde acontece la mayor parte de este relato.

Con su envío, Michelle ha añadido emoción a la emoción de esperar que un libro salga a la luz. Sus dinámicas y risueñas ilustraciones conquistarán los corazones de todos y han dotado a este libro con la magia que sólo tienen los cuentos de verdad. Desde México, "La Emperatriz del Reino Amarillo" creció a la sombra de los árboles asturianos del Príncipe de los Mirlos, para terminar tanta buena fortuna en las manos de dos hadas colombianas:  la editora Rosa Adriana Buriticá y la ilustradora Michelle López Deksnys.

Desde México hasta Colombia, un abrazo lleno de agradecimiento y que atraviese este puente de magia que hemos tendido al influjo del "Érase una vez"...

viernes, 29 de junio de 2012

El Conde Aceituna



Te cuento la historia
 del conde Aceituna
 que tenía un castillo
 y una gran fortuna.

 Siempre estaba triste
 sin saber por qué.
 Que si los aldeanos,
 que si su mujer.

 Que si las estrellas
 y la cacería,
 que si los halcones
 y la altanería.

 El conde Aceituna
 siempre fruncía el ceño
 aunque le sobraban
 manjar y dinero.

Y no era muy viejo
tampoco era feo
era inteligente
y buen caballero.

Un hada del bosque
se compadeció
y al conde Aceituna
un traje le envió.

Era muy extraño
bordado de sol
con las mangas anchas,
botones de flor.

Cuando se lo puso
para ir al Consejo,
subió una sonrisa
por todo su cuerpo.

Y el conde Aceituna
fue siempre feliz.
Ponte una sonrisa
y vete a dormir.



El Conde Aceituna, nacido en mi blog de poesía para niños Miel y Versos,  y a la sombra del bosque del Príncipe de los Mirlos,  dio origen a La Emperatriz del Reino Amarillo, una fantasía medieval para niños de próxima aparición en Colombia bajo el sello editorial Libros y Libros, Hillman Publicaciones. (MGE)